Autor: Dra. Argüello
El Éxito En La Implantología, A Largo Plazo.

Todos sabemos que un tratamiento implantológico incluye:
- Fase inicial de estudio, diagnóstico y planificación.
- Fase quirúrgica. (Una o varias intervenciones)
- Fase restauradora.
- Fase de mantenimiento.
En mi opinión las fases de mayor importancia son la inicial y la de mantenimiento, claro está sin restar importancia a la quirúrgica y la restauradora.
¿En qué consiste la fase inicial de estudio, diagnóstico y planificación del tratamiento?
El tratamiento con implantes dentales, requiere procedimientos de una alta complejidad técnica, por tanto debe ser bien planificado y su estudio llevado a cabo en una o varias visitas que tienen como objetivos:
- Valorar de forma individualizada el estado de salud bucal y general del paciente para conocer posibles riesgos o contraindicaciones del tratamiento a realizar.
- Recuperar su salud integral, orientándose sobre otros posibles tratamientos que pueda precisar (periodontales, restauradores, endodónticos, articulares, etc.) realizados previamente al tratamiento implantológico o con posterioridad al mismo.
- Facilitar información de los implantes o del tipo de prótesis, con sus indicaciones, contraindicaciones para determinar cuál es la alternativa terapéutica más adecuada para cumplir los objetivos funcionales y estéticos en cada caso.
- Ofrecer al paciente un plan de tratamiento (fase quirúrgica y restauradora), que incluirá información detallada de todos los procedimientos clínicos a realizar. Respaldados en un documento “Consentimiento Informado para Implantología” donde se expresan; de forma clara y detallada las indicaciones, riesgos y probables resultados, para su total comprensión, aceptación y firma.
- Ayudar a elegir la época ideal para efectuar el tratamiento, dado que en algunas fases del mismo puede alterarse el ritmo de vida del paciente y durante la fase de estudio es el momento ideal para planificar todo. Dentro de la planificación debemos recoger toda la información necesaria; la historia clínica (md./od.), exploración extraoral e intraoral, fotografías diagnósticas, modelos de estudio, férula radiológica para pruebas radiográficas necesarias, pruebas diagnósticas complementarias e interconsultas médicas (pacientes sistémicamente comprometidos)
Como las fases que pretendo destacar con la inicial y la de mantenimiento, repito, son para mí las de mayor importancia, de la fase quirúrgica y restauradora no voy a hablar pues cada profesional tiene su criterio para seleccionar la mejor y más apropiada para cada paciente. En la actualidad existen múltiples técnicas quirúrgicas; convencional o diferida, cirugía guiada, con carga inmediata, implantes postextracción, implantes provisionales, implantes pterigoideos, elevaciones de seno, etc. Y para la fase restauradora, existen diferentes opciones de prótesis implanto-soportadas; fijas, removibles, cementadas, atornilladas, con estructuras fresadas, etc.
Entrando en la fase de mantenimiento, que es sin duda la que evitara la gran mayoría, por no decir la totalidad, de los problemas o patologías periimplantarias.
¿En qué consiste la fase de mantenimiento?
Los tratamientos mediante implantes han demostrado en múltiples estudios de investigación ser poseedores de un elevado grado de seguridad. Esta seguridad se basa en la existencia de unos protocolos y terapias de control y mantenimiento exhaustivos.
La necesidad de establecer la adecuada vigilancia y los cuidados de mantenimiento periódico se ve justificada para evitar tanto contaminaciones bacterianas como los posibles desajustes de las prótesis por el desgaste que la función y el paso del tiempo pueden ocasionar.
Las revisiones de mantenimiento van dirigidas a controlar la evolución de los resultados del tratamiento a lo largo del tiempo, detectando precozmente cualquier situación desfavorable que pudiera producirse y actuando en consecuencia. En el caso más probable de que no aparezcan problemas, se ejecutan rutinas diagnósticas y preventivas dirigidas a garantizar la salud a largo plazo del tratamiento que son individualizadas por el Equipo Clínico Profesional para cada caso concreto.
Los tratamientos con implantes dentales han demostrado unos resultados de duración, confort, estética, fiabilidad y predictibilidad muy superiores a otros tratamientos sustitutorios de dientes naturales. La investigación sobre las técnicas que han posibilitado la Implantología Osteointegrada actual parte de 1965 y, hoy día, hay pacientes que llevan prótesis sobre implantes dentales desde hace más de 30 años. Al igual que ocurre con el resultado de otros tratamientos odontológicos y médicos, la permanencia en boca de los implantes y de la rehabilitación protésica que soportan, depende en gran medida de las características anatómicas y fisiológicas del paciente y de sus hábitos, así como del tipo de alteración que haya causado la pérdida de los dientes. No es posible ofrecer una estimación general para todos los pacientes del tiempo de permanencia previsto para los implantes, pero en cualquier caso los implantes dentales actuales no tienen caducidad conocida.
Tras valorar cada caso concreto, el Equipo Clínico Profesional podrá ofrecerle una estimación aproximada de la probable duración de su tratamiento; hablando de éxito en implantología, a largo plazo.
IMPLANTE + HIGIENE + MANTENIMIENTO = IMPLANTE SANO